miércoles, 16 de marzo de 2011

La lectura y el amor que deve fomentarse hacia ella


Me apena comprobar cuánta gente llega a la universidad privada de esa agilidad elemental que la lectura propicia. Esta presteza en el juicio, esa familiaridad con la intuicioón vendrán aseguradas por la escuela si ella dedica buenas jornadas a la lectura.
La lectura no es como muchos creen, un deleite para los ojos fisiológicos. Es un duro y hermoso ejercicio para los ojos mentales. Leer supone profundizar. Privilegiar la memoria (afanosa conquista a la que muchos aspiran) no ayuda a la inteligencia, que tiene en la lectura respaldo constante y eficaz a la hora del disernimiento y de las grandes decisiones. leer nos hace persona: lo problamaba Gracián, ese jesuita que ilustró con su talento en el siglo XVII europeo. La lectura nos vincula necesariamente con el hombre; con el hombre que es todos los hombres, con el de ayer y con el del futuro.
Leer es una antigua convocatoria para ser cada día más claros, cada día más combativos en el razonar y en el actuar. Y por que nuestro quehacer en la escuela tiene que ver con un libro, nos reúne con gentes de varias generaciones, como un signo feliz de que la lectura resulta nuestra nuestra más firme y legítima herencia y nuestra carta de presentación más adecuada. Quien no aprende a leer (es decir, a amar el libro), no estará en capacidad de ser juiz ni de ser crítico. Sabias son, por eso, las palabras de Harold Bloom: "importa, para que los individuos tengan la capacidad de juzgar y opinar por sí mismos, que lean pos su cuenta".
por eso, antes de ofreser "modelos de lectura", la escuela debe decicarse a despertar el amor porla lectura. Con ello, los muchachos se acercarán al porvenir.

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